Te quiero ver en el minuto virtual y en las horas reales

Vicente Herrera Márquez

Pensaba que había escrito todo y me doy cuenta que no es así,
porque siendo el abecedario finito, las palabras dibujan infinito.

Sin tú saberlo, eres sendero para este vagabundo,
eres semilla de pensamiento y flor de abecedario,
eres principio de letras y verso en cien poemas.
Eres el leitmotiv de mis sueños y compañera virtual
en el divagar del espíritu inquieto y el tiempo del reloj.
Eres compañera en el viaje diario y camarada para un café,
y en las letras eres la correctora de mi sintaxis y ortografía.
Eres remanso en las horas que el pensamiento descansa
y haces que se olviden aquellas vacías, y pobladas de hastío.
Eres contraseña de mi correo y de entrada al computador,
eres código en el Word y eres portada de mi último libro.

Estás en mi ser virtual… pero la verdad, quiero mucho más
Quiero que traspases la virtualidad y te hagas realidad,
Te quiero siendo continente tibio entre mis brazos,
faro en mi océano de tormentas y también en mar tranquila.
Destello en la oscuridad y lámpara de escritorio.
Te quiero ver despertando la mañana y endulzando el desayuno,
vivir el día haciendo de lo cotidiano un jardín de tulipanes.
Y en la cena, enamorados, con velas rojas y mantel blanco
sentirte compartiendo la sazón del alimento y el sabor del vino.

Te quiero cerrando las cortinas y abriendo la cama,
encendiendo una luz tenue y escondiendo el control remoto.
Quiero el calor de tu piel derritiendo la escarcha de inviernos
y el fuego de tus labios quemando rastrojos de veranos pasados.
No pensemos en ayer ni en mañana, vivamos el hoy de estar vivos
y compartamos, en partes iguales, la pasión de un tiempo nuevo.

Hoy pienso que estas letras pueden ser las últimas que escriban mi pluma,
esperando que sean prólogo, mil páginas y epílogo de esta novela contigo.