En el amor

Vicente Herrera Márquez

 

Cuando se empieza de algo o de la nada,
cuando todo se inicia de un encuentro o una mirada,
no es otra cosa que el comienzo de un final.
Luego una caricia, un abrazo, un beso y para siempre.

Desde allí, todo es cambio cada día,
la intensidad crece y se desborda hasta jurar
que el tiempo se detuvo y nada cambiará.
Y así, minuto a minuto, segundo a segundo,
todo es bueno, todo es risa, aunque algo cambie..
El tiempo corre y todo va adquiriendo otro matiz.

Cambio es crisis, y clímax es anuncio de final,
todo cambia, el amor también, cambia quieras o no;
es parte de la vida, es factor de la crisis y consecuencia del amor.
En la espiralidad del tiempo, todo gira y se enreda en la espiral,
son giros con orbitas distintas y perigeos diferentes,
con encuentros, desencuentros e intereses contrapuestos.
Son etapas que evolucionan permanentes e incongruentes,
en el devenir del hombre racional, pero que inconforme
transita los caminos intangibles de la inconsciencia del conciente.
No es el amor temporal… es la permanente búsqueda de amor.